La historia de Lucky es una de las historias que merecen ser contadas,
conocida y difundida porque es un canto a la esperanza y generosidad humana.
En el 2012, siendo un cachorrete de apenas 4 meses, dos personas generosas lo
recogieron de la carretera recién atropellado. La visita al veterinario puso de
manifiesto que presentaba fracturas múltiples que hubo que operar. De hecho,
necesitó varias cirugías porque entre otras cosas el trauma le cerró la línea
de crecimiento de las patas delanteras, y dada la gravedad de las otras
lesiones, no se pudo ver hasta más tarde. Esta es la razón de que sus
patas quedasen torcidas.
Las personas que lo recogieron, nuestros queridos amigos, María y José
Miguel, desde el primer momento se hicieron cargo de Lucky, los gastos de las
operaciones, cuidados postoperatorios, rehabilitación y le dieron todo el
cariño posible. Y no fué fácil,un trauma tan brutal como el que sufrió, para un cachorro, hizo que durante
muchos meses fuera un perrillo tímido y asustadizo. Quizás uno de los perros
más tristes del mundo. Únicamente se relacionaba con su familia de
acogida y huía de todo el que no conocía. La inmensa paciencia y
psicología canina de María y José Miguel, a lo largo de un año, le fueron
sacando de sus traumas, rehabilitándolo de sus miedos. Todo su esfuerzo se vio
recompensado, y hoy por hoy, es el perrillo más cariñoso y sociable que uno
pueda imaginar.
No obstante, debieron pasar dos años más hasta que una familia lo quisiera
adoptar a pesar de sus patas torcidas. Esta familia ha sabido ver más allá, han
visto la dulzura y el buen carácter de un perro por el que tanto se ha luchado.
Llegar a contar esta historia con final feliz lleva entretejida la unión y
esfuerzo de muchas personas comprometidas como María y José Miguel, que tras
tanto tiempo con Lucky su marcha les ha arrancado un pedacito de su corazón, Joyce
y ARGOS, bajo la dirección de Beatriz, han realizado las visitas periódicas a
Lucky, tomando fotos, difundiendo su caso, preparándolo para ser adoptado, etc…
Gracias al esfuerzo de todos, Lucky es ahora miembro de una familia
estupenda, cuyos niños han sido educados desde pequeños en el
respeto y el amor a los animales.
Lucky por encima de todo ha tenido suerte ¡Sé feliz peque!
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